La Gata Maula son Joana y Gemma; las dueñas de la vermuteria de Caldes de Malavella. Gemma es la cabeza, Joana el corazón. Abrimos el puesto hace tres años, con el objetivo de ser un punto de encuentro y dinamización del pueblo, ofreciendo productos de alta calidad y proximidad. Desde entonces y lentamente, La Gata Maula Vermuteria ha conseguido hacerse un hueco en Caldes de Malavella.
De las cosas de las que Gata Maula se siente más orgullosa destacamos la de haber tenido la oportunidad de establecer una red con los vecinos, la de iniciar los viernes de pintxos y, sobre todo, de haber superado, gracias a vuestra ayuda, la pandemia COVID-19 y poder seguir ofreciéndo servicio a todas las personas que han confiado en nosotras.

Gemma
Gemma estuvo trabajando durante muchos años atendiendo al público (vendió videojuegos y todo tipo de artilugios) en una empresa muy grande, pero siempre había querido ser su propio jefe. Así que, después de pensar mucho en ello – Gemma medita y calcula todas las opciones y posibilidades- decidió iniciar un proyecto en el que Joana llevaba mucho tiempo pensando. Gemma también es un poco tímida, meticulosa hasta el extremo en el aspecto administrativo, <<un poco cuadriculada>> dice Joana, y siempre encuentra un momento para ayudarte.
Joana
Gemma dice que de las dos, Joana es la más lanzada, la de las propuestas descabelladas, pareciendo temeraria, un poco como Pedro sin miedo. Sin embargo, añade, toca mucho de pies en el suelo y calibra bien los riesgos a tomar. Joana ha estado detrás de la barra de un bar (de unos cuantos) durante muchos años, y durante muchos años también, quiso llevar a cabo su proyecto. Con Gemma decidieron que era ahora o nunca y se lanzaron a la piscina.
La Gata Maula resiste y crece gracias a todos vosotros.